Aunque ya estemos acostumbrados a oír en las noticias a todas horas cómo nos ha cambiado la vida las reclusiones y confinamientos provocados por la pandemia de covid-19, lo cierto es que si miramos el lado bueno, nos ha servido para determinar nuestros puntos fuertes y aquellos que flaquean en nuestro espacio vital o, dicho de otra manera, el tiempo que hemos pasado el hogar nos ha ayudado a ver qué elementos fallan en nuestra vida y cuáles funcionan mejor y sobre todo, hemos tomado conciencia de nuestro espacio doméstico y cómo influye en nuestro día a día.
Vivimos en una época repleta de incertidumbres y eso afecta a nuestra salud física y mental. En ese sentido, las enfermedades por salud mental se han intensificado desde el inicio de la pandemia y en muchas ocasiones hacer ejercicio o dormir las suficientes horas no son suficientes para mejorar nuestro bienestar. Y es que una cabeza bien “amueblada” se empieza a construir desde el espacio que habitamos.
Aquí entra en juego una de las máximas del diseño de interiores: Nuestro hogar no es únicamente un habitáculo en el que pasar las horas, sino una extensión de nosotros mismos. Una exteriorización de lo que somos y por tanto influirá sobremanera en la forma en que vemos el mundo y nos relacionamos con otros, sobre todo si pasamos grandes horas y la utilizamos tanto para el ocio como laboralmente.
Ordenar tu hogar para organizar tus pensamientos
Una recurrente paradoja que nos podemos preguntar es la de si que somos lo que hacemos o hacemos lo que somos. El punto de partida siempre es el espacio que nos rodea y cómo nos afecta. Tiene en nosotros el mismo efecto psicológico que la ropa que llevamos. Se ha demostrado que según la ropa que lleves influirá cómo te comportas y tu estado de ánimo. No en vano, se suele ganar confianza cuando uno va vestido acorde a su puesto de trabajo. De la misma manera lo que nos rodea nos manda “inputs” constantemente y nos estabiliza o desestabiliza.
En general, trabajar en un cuarto desorganizado o con muchos elementos a la vista nos hará estar más despistados e incómodos. Según la filosofía new age “Cuando ordenas tu casa, también ordenas tus asuntos y tu pasado”. No en vano, un espacio sucio y caótico derivará en que sintamos ansiedad.
Sin embargo a veces partimos de una base ya organizada, en la que el problema es que el hogar en si ya no nos representa o no nos ofrece el bienestar que nos daba antes, algo especialmente habitual con la llamada “Nueva normalidad” por lo que muchas personas se quedan atrancadas en la indecisión ante renovar su hogar, lo que solo acrecenta el problema ya existente.
A veces tenemos miedo de los cambios, pero el impacto positivo es mucho más importante que cualquier inversión. Invertir en nuestro bienestar es, por tanto, la mejor forma de mejorar nuestro estado de ánimo. No es necesario realizar remodelaciones completas si no se necesitan o se ven como prioritarias, pero a veces simplemente con un nuevo sofá o cocina podemos cambiar todas las malas sensaciones que sin saberlo estábamos experimentando.
Los expertos en salud mental aseguran que gracias a una renovación o cambio de aires a un hogar podemos recuperar la sensación de proactividad y sobre todo sentirnos mejor, renovar nuestro estilo de vida y tener una especie de “nuevo comienzo” repleto de esperanzas y menos incertidumbre.
La luz, nuestra mejor aliada
Ante el teletrabajo y el mayor tiempo en casa que siempre pasamos en invierno por el mal tiempo, la mejor opción es utilizar la luz para aumentar la percepción de espacio. Los expertos aseguran que una mayor sensación de espacio reduce el estrés y la luz, especialmente la natural, mejora la forma en que vemos las cosas.
Hay opciones de todo tipo, desde deshacerse de las cortinas, mejorar la iluminación natural mediante obra o bien readaptarla con elementos iluminativos que nos digan algo, que sobrepasen como simples elementos decorativos y se fundan con nuestro estado de ánimo como podemos ver en algunos ejemplos aquí.
También podemos optar por recuperar habitaciones poco iluminadas y darles un buen toque de luz e incluso renovar también la cama conjuntamente, darle un pequeño toque nuestro con pequeños cuadros que signifiquen algo o bien una cama ARKETIPO que reconfigure la estancia y le dé más espacio…
Un primer paso
Si no se tiene en mente una renovación completa, un buen primer paso es renovar el mobiliario. Esta opción nos permitirá jugar con el espacio y a la vez sentiremos que recuperamos el control sobre nuestro hogar, no lo sentiremos viejo o sucio y se sentirá más relajado. Cada elemento que incorpores ha de contener un motivo que te apetezca y que signifique algo para ti. Porque renovarnos por fuera puede ser una buena opción para una renovación interior y sobre todo una inversión a futuro no sólo en nuestro hogar, sino en nosotros mismos..
